El Restaurante Ojalá nos traslada a un minidesierto subterráneo -en pleno barrio de Malasaña- en el que la noche domina la luz de color que pinta las paredes de ladrillo visto, sin duda el atractivo del lugar. Unos precios ajustados y unas cantidades generosas son su gran baza, a parte de ofrecer tés, chocolates, cócteles y cafés incluso en versión take away. Dispone de zona de fumadores y no fumadores y cuenta con 30 cubiertos en su solicitado comedor de arena. Abierto todos los días desde los desayunos hasta la 01:00h de la madrugada (Viernes y Sábados hasta las 2:00h). No cierra.
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